jueves, 5 de julio de 2012

(X) 9. Salida de las sombras

El tiempo avanzaba en aquella celda de castigo sin que pudieran saber exactamente cuánto había transcurrido. Silvia y Raquel intentaban pasar el tiempo de la mejor manera posible. Para desgracia de la señora Jiménez, aquel castigo no fue tan duro para Silvia como creía, sino que hasta le brindó la oportunidad de conocer a Raquel, al menos lo que le dejaba entrever. 

Unos pasos se oyeron provenientes del pasillo. La puerta de la celda se abrió y apareció la directora frente a ellas acompañada por dos celadoras. Con gesto serio movió la cabeza invitándolas a levantarse y a salir de aquella celda. 

- Vais a volver a las vuestras –dijo de mala gana. 
- ¿Por qué? ¿Ya se ha terminado el castigo? –preguntó Silvia. 
- No quiero tener que preocuparme de vosotras y aquí estáis de cháchara, así que mejor que cada una a su celda y punto. 

Las celadoras las acompañaron en direcciones opuestas a las celdas que les correspondían. La señora Jiménez se acercó a Silvia antes de que ocupara la suya. 

- Y tú… -dijo mientras la señalaba con el dedo- No te creas que te vas a librar tan fácilmente. Vas a estar un mes trabajando en la enfermería. Ya que le hiciste una brecha al inspector, te dedicarás a curar a todas las presas que lo necesiten. A ver si aprendes. 

Silvia lo aceptó de buena gana, aun sabiendo que no tenía la culpa de nada. Todavía necesitaba saber por qué aquellas dos mujeres habían decidido tenderle la trampa y por qué Ana no la había ayudado ante la directora. Pensó que estar en la enfermería le ayudaría a hacer más llevadera su estancia en aquel lugar, así que no le pareció tan tremendo. 

*** 

A la mañana siguiente, Silvia y Raquel volvieron al comedor con total normalidad a la hora del desayuno. Ana sabía que a Silvia la habían soltado de la celda de castigo y esperó que se sentara con ella para desayunar. Quería pedirle perdón por todo lo sucedido y necesitaba hablar con ella. 

En cuanto la mayoría de las presas se sentó, Silvia empezó a mirar por encima de todas ellas a ver si encontraba a quien buscaba. Ana empezó a hacerle gestos para que mirara hacia ella. Al verla, salió dispuesta a sentarse. Ana sonrió cuando pasó por su lado, pero, para su sorpresa, no se sentó junto a ella. Continuó caminando hasta el final del salón y se sentó en la silla contigua a la de Raquel, que ya estaba acomodada. Ana se quedó completamente muda. 

- ¿Qué tal la vuelta a la celda? –preguntó con media sonrisa a Silvia. 
- Bien, bien… Luminosa -sonrió-. Hoy me toca enfermería. 
- ¿Y eso? 
- Daños colaterales del levantamiento del castigo… 
- Pues qué faena. 
- No, si hasta le veo su puntito… 

Justo en ese momento, las dos presas que habían urdido el plan del inspector, Nacha y Morente, se acercaron a la mesa donde estaban sentadas Silvia y Raquel. 

- Vaya, vaya, vaya –dijo Nacha de forma socarrona- Dios las cría y ellas se juntan. 
- ¡Lárgate de aquí! –espetó Raquel. 
- Uy, si tiene humitos… Quién lo diría viéndote siempre tan callada –apuntó Morente. 
- A ver si a las que tengo que callar es a vosotras –dijo Raquel mirándolas con rabia desde su asiento y apretando los puños. 
- ¡Qué miedo me das! –dijo Morente- Deberías buscarte mejores amistades. Las hay que roban, pero otras matan… y yo de ti vigilaría mi espalda–terminó mirando a Silvia. 

Raquel saltó de su silla como un resorte y Silvia tuvo que sujetarla del brazo para controlar su furia. Mientras, el resto de las presas se había percatado del barullo y comenzaron a gritar alentando la pelea.

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1 comentario:

  1. Pues parece que a la directora le salió el tiro por la culata y al final no sólo no ha sido un castigo, sino que ha servido para que tanto Silvia como Raquel tengan una aliada entre esas paredes.

    Me encanta que Silvia le haya dado un zas en toda la boca a Ana y a ver si currando en la enfermería averigua algo.

    Ah!!! Y es verdad, no tiene porqué pasar nada, además a veces es mucho más sólida una amistad que otra cosa... pero bueno, ya veremos qué pasa!!! jijijijiji

    Y sí, un abrazo (casto)[como decías en el anterior capítulo] es a veces taaan necesario... está bien tener a una persona ahí para eso ^^ (estoy de un tonto que no veas xD)

    Un beso, churri =)

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