viernes, 19 de febrero de 2016

#Aurelia: "Bendita locura que nos hace felices"

No soy muy dada a hacer este tipo de artículos sobre programas o series. Tal vez sea porque cada vez veo menos la televisión “en directo” o quizá porque la oferta actual no consigue llamar mi atención demasiado. Pero hace unos meses descubrí que mi supuesto escepticismo podía tener también sus excepciones y que existen joyas televisivas que deben ser contempladas y valoradas con cariño.

Imagen promocional de Seis Hermanas - RTVE
“Seis Hermanas” comenzó su andadura diaria en TVE hace más de 200 capítulos. Bajo el manto de un reparto de renombre y amparada en el prestigio que supone ser una ficción de Bambú Producciones, la serie de época no reparó en promoción para llegar al gran público. Cierto es que la franja horaria, la sobremesa, y el tinte de época de la serie no invitaban a la novedad y el riesgo. Pero la trama sí conseguía centrar la atención: mujeres fuertes navegando a contracorriente tras la muerte de su padre e intentando sobrevivir en un mundo de hombres allá por principios del siglo XX. El elenco era parte fundamental de su atractivo, y es que con nombres tan prestigiosos como Vicky Peña, Joaquín Climent, Juan Ribó o Kiti Mánver, y también con otros con tanto potencial como Marta Larralde, Álex Andróver o Celia Freijeiro, el éxito no podía escaparse. Pero, incomprensiblemente, la historia no conseguía enganchar a la audiencia con tanta contundencia como su predecesora en la parrilla diaria, "Acacias 38", que, a pesar de contar con menos presupuesto y, objetivamente, con una trama más floja, había logrado mejores cuotas de pantalla.

Un diamante llamado Celia Silva

Analizando la serie, algo por lo que se caracteriza “Seis Hermanas” es por la fortaleza de sus personajes femeninos. A Bambú Producciones no le es ajeno tampoco eso de dotar a sus mujeres de todo el peso de la trama de la historia y con esta serie no iba a ser menos. Todas y cada una de las hermanas Silva han demostrado o demuestran continuamente que no están dispuestas a que gobiernen sus vidas, algo muy transgresor teniendo en cuenta la época de la que hablamos. Pero, si debemos detenernos en alguno de los personajes, sin lugar a dudas, debería ser en Celia Silva, ya que, observando su trayectoria con detenimiento, es la que más ha evolucionado a lo largo de la historia.

Candela Serrat como Celia Silva - RTVE
Interpretado por la relativamente desconocida para el gran público Candela Serrat, Celia es la joya que todo guionista querría tener en su serie. Posee tantos matices que es capaz de mostrarse fuerte y vulnerable al mismo tiempo –no hablemos de la interpretación de Serrat, que necesitaría otro artículo para hacerle justicia. Celia ha pasado de ser una jovencita temerosa a llegar a cumplir su sueño de ser maestra. Comenzó con miedos y soportando las peores calamidades por su forma de ser y ha llegado a convertirse en una mujer segura de sus sentimientos y capaz de lograr todo lo que se propone. Y es que los guionistas se la han jugado bien con ella: primero por su deseo de querer estudiar, después por su condición sexual y por último con su interés por el sufragismo femenino. Todo un pack que hace que Celia Silva sea la perita en dulce de aquellas que buscan luchar por lo que quieren.

Pero si Celia ha evolucionado tanto, también es porque ha jugado un papel muy importante la llegada de Luz Valdenebro a esta ficción, ya que su personaje Aurora (seguimos desconociendo su apellido), ha dotado al de Candela Serrat de una inusitada fuerza, sumergiéndola en el mundo del sufragismo y ayudándola a sobreponerse de las acusaciones de enfermedad por su lesbianismo. Las actuaciones que ambas nos han brindado en la pequeña pantalla han hecho que muchas personas se hayan sentido identificadas y crearan un movimiento en Twitter que no solamente está destinado a comentar la serie, sino a realizar amistades independientemente de su procedencia geográfica. Los vídeos de ambas han sido traducidos a varios idiomas y se han creado historias paralelas para el disfrute de los seguidores. Toda una revolución cibernética que ha llegado hasta las mismísimas protagonistas, quienes interactúan con los seguidores a través de Twitter siempre que pueden.

Movimiento #Aurelia

El desarrollo de la historia de Celia y Aurora fue creando proporcionalmente la aparición del movimiento #Aurelia (Palabra surgida de juntar Aurora y Celia). Pero, a medida que la trama avanzaba y que los problemas entre ellas aparecían, el Ejército de Aureliers vio cómo el personaje de Aurora desaparecía de la pantalla. Tal repercusión tuvo la marcha de Luz Valdenebro de la serie que se crearon hashtags diarios en las redes sociales pidiendo su vuelta a la ficción de Bambú. Nunca sabremos si su regreso tuvo que ver con el revuelo suscitado, pero lo cierto es que Aurora está de vuelta y su historia está más viva que nunca.

Celia y Aurora en una escena de la serie - Cultura en serie
A pesar de que cuentan con cientos de seguidores que las apoyan y que consideran a sus personajes los más ricos en matices de la serie, también existen detractores que no se sienten partidarios de ver la historia de amor de estas dos mujeres en televisión. Ya sea por la franja horaria, por el contexto histórico o tal vez por el hecho de que sea emitida en TVE –que parece que no puede emitir ciertas cosas por ser la pública- hay voces críticas capaces de decir que no debería continuarse con la historia de Aurelia.

De cualquier manera, lo que es cierto es que la homosexualidad no entiende de épocas ni de franjas televisivas. Y es que si algo han conseguido ambas actrices con sus soberbias interpretaciones, aparte de hacernos más entretenidas las tardes, es lograr que la homosexualidad, que en aquella época era impensable, sea considerada, al menos, como invisible. Y que en esta época lo que algunos piensen que se deba quedar en la invisibilidad, ahora sea reconocido y visible. Porque no existe una historia llevada a cabo con tanta dulzura, cariño y dedicación que la historia de Celia y Aurora. Y aunque haya críticos que quieran alzarse, solo por todo lo que han logrado suscitar a sus seguidores, deberían sentirse satisfechas. 

Tengo claro que si a los Aureliers les preguntaran qué piensan de esta historia, contestarían lo mismo que Celia le dijo a Francisca el día que supo que amaba a Aurora: “Bendita locura que nos hace felices”.