jueves, 19 de julio de 2012

(X) 18. El distanciamiento

Silvia se quedó helada al ver a Raquel en el pasillo y con los brazos cruzados. La chica la miraba esperando una respuesta y su cara reflejaba decepción y enfado a partes iguales. Silvia miró al suelo intentando encontrar las palabras necesarias para explicarse. 

- ¿No tienes nada que decir? -Raquel seguía esperando alguna reacción. 
- Tenía que venir… 
- Me prometiste que no lo harías –la increpó. 
- Y tuviste que venir a comprobarlo, ¿no? 
- ¡Ahí te equivocas! –le levantó la voz- Fui a la enfermería a hacerte compañía porque sabía que ibas a estar sola. Y al ver que no estabas allí, vine para acá pensando que no habrías sido capaz. 
- Pues sí, vine. Y además vine para investigar algo que te pasó a ti –apuntó remarcando las últimas palabras bien. 
- Ah, perdona… no sabía que tenía que darte las gracias por algo que no te he pedido y que te dije que dejaras de hacer –respondió Raquel con sarcasmo. 
- Solo quería que se hiciera justicia. Quería que castigaran a alguien por esos golpes que te dieron. 
- ¡No necesito que nadie venga a protegerme! Sé cuidar de mí misma. 
- Sí, se nota, se nota… Solo hay que ver lo bien que te cuidas –apuntó mientras la observaba de arriba abajo aludiendo a las cicatrices. 

Raquel encolerizó al oír aquellas palabras. Hubiera deseado abalanzarse sobre ella y golpearla, pero no podía. Aquellas palabras la volvieron loca de rabia. Le profirió una mirada de rencor a su amiga mientras apoyaba bien los pies en el suelo para evitar hacer una tontería. 

- No creía que fueras tan ruin de decir semejante cosa. Al final eres como todas. No entiendes nada y prefieres juzgar –y se fue por el pasillo. 

Silvia hizo el amago de seguirla, pero todavía estaba enfadada por la forma de actuar de Raquel. Sabía que se había excedido en la última frase, se arrepintió en sus adentros, pero no digo nada por remediarlo. Giró sobre sus pasos y volvió a la enfermería. 

*** 

Aquella noche, Raquel y Silvia cenaron en sitios diferentes del comedor. Silvia se sentó junto a Ana, quien aprovechó para enseñarle quién era Ángela. La chica notaba a su amiga rara y le extrañó que no se sentara con Raquel como hacía todas las noches. Silvia no dijo nada en toda la noche, a decir verdad, ni siquiera comió mucho. Ana quería preguntarle, pero no sabía hasta qué punto había recobrado su amistad y si podía tomarse esas licencias. 

- ¿Estás bien? –se animó al final. 
- Sí –contestó en un susurro sin levantar la vista del plato. 
- Pues como sigas dándole vueltas a esas patatas las vas a terminar haciendo puré. ¿Ha pasado algo con Raquel? 

Silvia levantó la vista y se dio cuenta de que su amiga la miraba desde el otro extremo del comedor. En el momento en que sus miradas se cruzaron, se esquivaron para no reconocer que estaban pendientes la una de la otra. 

- Nada, no ha pasado absolutamente nada… 
- Pero, erais tan amigas… 
- Ana, te he dicho que no ha pasado nada, ¿de acuerdo? –contestó secamente. 
- Entendido. 

Aquella noche, Silvia y Raquel no pudieron casi pegar ojo. Silvia no podía dejar de recordar todas las palabras que le había dicho a su amiga. Ésta, en cambio, no podía sacar de su mente todos los golpes recibidos mientras de fondo oía la voz de Silvia. 

<< 17. Las dudas se van aclarando                          19. La visita >>

2 comentarios:

  1. Pssss... fui a publicar el comentario y se me fue la conexión y luego ya no pude encender el portatil. Así que estoy en el móvil, te saldrá mi visita como de Islandia o Noruega, pero soy yo!!! xDDD

    Te decía que es normal que Raquel se sienta un "traicionada" pero Silvia sólo quiere ayudarla. Yo creo que habría actuado igual. También es normal que Raquel se enfade porque creo que Silvia ha reaccionado dándole donde más le duele... así que la una por la otra... las dos jodidas. Y de paso Ana llevándose por delante malas contestaciones... si es que ahí hay mucha tensión, deberían resolverla... hablando, ¿eh? =p

    Y a ver cómo va la cosa con Ángela y Silvia puede sacar algo en claro sin que Nacha y Morente se percaten y vuelvan al ataque.

    Huele esto ya a casi final... veamos, veamos... ^^

    Besicos!

    ResponderEliminar
  2. Mmmm, final dices? Pero qué dius! Si todavía te queda lo mejor... Ainssss, no sé yo, no sé yo. La tensión puede estallar por donde menos te lo esperas. Voy a ver si escribo el trocito de hoy, que ya toca!

    Besoooos!

    ResponderEliminar