
- ¿Haciendo un puzzle? –le espetó una voz que la asustó.
- No te había oído llegar –se levantó y recogió los últimos trozos de la carta-. No, no es un puzzle, aunque sí fue un rompecabezas para mí hace mucho tiempo.
- ¿Puedo verlo? –preguntó Blanca mientras se acercaba a ella.
- Claro, ten.
Blanca comenzó a mirar los trozos quemados de aquella carta. Los giraba en todas direcciones intentando hacerlos encajar. Se reía ante la torpeza de su maniobra y, una vez hubo desistido, se los tendió de nuevo a Sara.
- No hay manera. Si esto es parte de ti, eres más difícil de lo que pensaba –bromeó.
- ¡Para nada! –los tomó entre sus manos y los guardó en la caja- Lo que pasa es que estoy muy quemada… como puedes ver.
- Ja-ja-ja. No me das muchas expectativas… -soltó mientras Sara se alejaba de la habitación con la caja.
- ¿No? –dijo mientras volvía y se acercaba a ella- Pues yo creía que esta mudanza era ya darte muchas expectativas.
- No sé, quizá… -vaciló un instante- ¿Qué has hecho con la caja? –preguntó sugerente mientras la rodeaba por la cintura.
- La he tirado.
- ¿Y eso? –sonrió Blanca desconcertada.
:)
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