martes, 1 de marzo de 2011

La última parada hacia el INEM


Si hay algo que nos hemos cansado de oír a lo largo de estos cinco años de carrera es que no lo tendremos fácil para poder ejercer el Periodismo cuando acabemos. Algunos de nosotros hemos pasado por dos universidades diferentes a lo largo de estos años, pero la sensación de desasosiego profesional es la misma en una que en la otra. No cambié Elche por Getafe porque fuera a encontrar trabajo seguro, ni siquiera porque estuviera cansada de la UMH (éste es un punto aparte). Cambié mi ciudad por ésta en la que vivo ahora porque siempre he querido ser periodista e intentar ejercer en una gran ciudad. La proximidad geográfica con Madrid es indiscutible, pero eso no garantiza que vayamos a salir graduados y con un gran puesto bajo el brazo. Además, también necesitaba un cambio de aires, que ya iba siendo hora.

Volviendo al tema de la profesión del Periodismo, las cosas están negras, muy negras. No es nada nuevo, pues esta profesión siempre se ha caracterizado por el estigma de "panorama incierto, salarios y vidas escasos". Aún me dicen que cómo se me ocurrió entrar en esta carrera, que tenía que haber opositado o que quizá otra profesión con algo más de salida (y de remuneración, que al fin y al cabo es lo que todos miran) hubiera sido lo mejor. Siempre me he negado a cualquier otra posibilidad que no fuera el Periodismo, el cual considero, pese a su mala fama, una de las profesiones más bonitas que hay.

Pero claro, llegado este punto, cuando apenas faltan 3 meses para terminar la carrera y oteando el horizonte, no puedo dejar de asombrarme ante lo que estamos dispuestos a hacer para emplearnos. Ahora comienza otra carrera mucho más complicada y llena de obstáculos: la de encontrar un trabajo donde podamos demostrar que estos cinco años (en el mejor de los casos) han servido para algo. Es increíble la cantidad de currículums y de prácticas que van y vienen entre mis compañeros. Es una carrera contrarreloj para conseguir un buen convenio y pronto, porque los meses para realizarlo van pasando y luego, cuando eres todo un licenciado, no te contratan ni para cambiar la tinta de la impresora.

Es tal la locura por llegar a acceder a un puesto de trabajo que muchos están dispuestos a dejarse alguna asignatura o crédito libre para poder disponer de matrícula el próximo curso y alargar el periodo de prácticas en un medio. ¡Ojo! Que yo respeto todas las posturas y no le reprocho al alumno. A quien reprocho es al medio por no darnos la oportunidad de adquirir experiencia una vez terminada la carrera. Porque, mientras haya becarios, los que están licenciados tendrán que esperar su momento en la cola del INEM.

Otro asunto es el que supone tener que pelear por los pocos puestos que quedan. En el mejor de los casos, te piden un nivel avanzado de inglés; en el peor, tres años de experiencia. ¿Pero cómo voy a tener tres años de experiencia si nadie me da la oportunidad primero? Y ésa es otra, ¿cómo voy a tener tres años de experiencia si soy becario? ¿Cuándo empecé a hacer las prácticas, en primero?

Mientras esto ocurre, algunos de nosotros, que contamos con cinco años de carrera, múltiples asignaturas prácticas y millones de textos redactados, tenemos que ver cómo otros (solo algunos) que entraron en la carrera "por probar" y todavía preguntan cómo se debe redactar una entradilla tienen el trabajo que nosotros tanto ansiamos. ¿Lo peor? Algunas situaciones en las que estas personas argumentan que no les gusta lo que hacen porque "los tienen explotados y les pagan muy poco". Yo no digo que me merezca ese puesto más que nadie, pero ver casos como éstos una y otra vez acaban por desquiciar al más plantado. Nadie te dijo que fuera a ser fácil, nadie cree que cuando acabe va a estar dirigiendo El País o en el lugar de Matías Prats. Es el esfuerzo y las ganas de aprender los que hacen que uno llegue hasta ahí. Pero antes de llegar hay que pasar por todas las calles y todos los barrios. Aprovecha la oportunidad que te están dando, porque hay muchos, entre los que me incluyo yo, que desearíamos trabajar donde te encuentras tú, aunque no nos pagaran nada. En cambio, aquí estamos, apiñados en la última parada hacia el INEM.

2 comentarios:

  1. Genial, Esther. Y muchos que antes de probar ya dicen que no van a ser gilipollas y trabajar horas por cuatro duros. Tienes unos cuantos ejemplos en tu ex- universidad.

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que no me resulta extraño esto que me cuentas. Comprendo la situación de aquel que vive lejos de su casa y tiene que pagar un alquiler, créeme que la comprendo. Lo que no aguanto es aquel que vive cómodamente, quiere trabajar poco y cobrar mucho. ¿Dónde está el periodismo ahí?

    ResponderEliminar